Los mayas son la cultura indígena más lejana a la extinción en México: son muchos (más de un millón y medio) y se entienden de muchas formas. La conservación del territorio y la lengua son centrales para su supervivencia. El arraigo al pasado sigue vivo y cada vez más fuerte entre los jóvenes, pero al mismo tiempo, están listos para los retos que plantea la modernidad. Frente a estas nuevas batallas, parecen decir: “Nosotros no somos los vencidos”

 MERIDA, YUCATAN.- Los mayas son el pueblo indígena más utilizado como estrategia mercadológica. Su imagen ha sido utilizada para promocionar el turismo en el “Mundo Maya”, y también también para capitalizar proyectos de desarrollo como el “Tren Maya”.

El gobierno mexicano presume la riqueza de su cultura, pero les niega la posibilidad de existir en el presente y decidir sobre la forma de vida que quieren. Los ha confinado al pasado, a los museos, donde no estorben...

Los mayas no desaparecieron hace muchos años ni revivieron hace pocos. Por el contrario, existen y han existido durante miles de años: están en los resorts, donde atienden como mucamas o meseros del Mayan Palace. Viven en Nueva York o San Diego (California). Hay mayas que no han dejado su pueblo y otros que son albañiles, maestros, académicos, costureras, doctores, músicos, periodistas e historiadores.

Son poco más de un millón y medio de mexicanos que forman parte de la etnia más viva y menos dispersa del país; también es la que más fácilmente está reconectando a los jóvenes con su identidad.

Se conservan en la diversidad, caminan con el mundo; luchan contra el estigma que los categoriza y caricaturiza, y saben que para sobrevivir necesitan defender su lengua y su territorio. Así llegan al nuevo siglo un antropólogo, un empresario, un historiador, una defensora de la tierra, una periodista y un músico que no vivieron hace miles de años

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“La palabra indio todavía duele”
Alberto Velázquez, antropólogo

“Nosotros somos los retoños”
Doroteo Haokuuk, empresario

“Estamos en permanente cambio“
José Koyoc Ku, historiador

“La lengua es un arma muy fuerte”
Leydi Pech, defensora de la tierra

“Por un lado se empieza”
Alejandra Sasil Sánchez Chon, periodista

“Hay que enseñar a los más chicos“
Luis Jorge Pom Balam, músico urbano