La violencia en los cuerpos

En la Ciudad de México, cada día de los últimos 3 años, 1.6 mujeres denunciaron haber sufrido violación sexual. Todas las delegaciones, desde las más precarias y las más inseguras, hasta las más privilegiadas, son un espacio de riesgo. La violencia de género no es (solo) un problema de casa

Texto: Celia Guerrero, Daniela Rea, Emanuela Borzacchiello, Eréndira Aquino y Lydiette Carrión
Fotografía: Mónica González
Gráficas: Arturo Contreras Camero

 La Ciudad de México encabeza la lista de las entidades peligrosas para las mujeres en el país: en una mirada panorámica la violencia total que las mujeres de la capital sufren a lo largo de la vida llega hasta el 79.8 por ciento, según Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh 2016).

¿Por qué en una ciudad cosmopolita, que desde hace años ha establecido políticas de género y que tiene legislaciones avanzadas, las mujeres somos violadas, torturadas, y vivimos años de violencia doméstica? ¿Qué pasa cuándo intentamos denunciar? ¿Cómo nos atienden cuándo acudimos a un centro contra la violencia de género? ¿Por qué, en la ciudad con los indicadores educativos más altos del país, desde que nacemos sufrimos violencias múltiples en la escuela, en la universidad, en el trabajo? ¿Por qué los espacios que cruzamos son violentos? ¿Por qué ninguna forma de “empoderamiento” parece ser suficiente para evitar que las calles nos rechacen cada vez con más brutalidad? ¿Qué ha hecho la autoridad para advertir las amenazas y proteger nuestras vidas? ¿Hay un lugar verdaderamente seguro? ¿Nuestra casa, nuestra delegación?

Para esta primera entrega de la investigación, elegimos mirar la violencia sexual, el acto más extremo de expropiación de un cuerpo vivo. El paso antes del feminicidio.

Entre enero de 2015 y octubre de 2017, mil 585 mujeres denunciaron haber sufrido violación sexual en la Ciudad de México, según los datos proporcionados por la Procuraduría General de Justicia. Esto significa que, al menos, una mujer fue violada en esta metrópoli cada día de los últimos tres años.

En ese mismo lapso, otras 5 mil 47 mujeres presentaron denuncias por abuso sexual. De acuerdo con la legislación vigente, se considera violación sexual cuando hay penetración con pene, pero cuando hay penetración con cualquier otro objeto, se considera abuso sexual. Este tipo de definición de abuso sexual incluye cualquier forma de agresión con o sin contacto físico, es decir, pone bajo el mismo paraguas muchas violencias sin diferenciarlas, por ejemplo, acoso u agresión sexual grave.

Y muy probablemente la cifra sea mayor, pues estos datos son las denuncias ante la Procuraduría General de Justicia, pedidos por medio de la ley de transparencia. Con la información que nos entregaron tampoco podemos saber si esas agresiones fueron acompañadas de amenazas o golpes. Sabemos que, en ese mismo periodo, 43 mil 462 personas denunciaron amenazas, lesiones y estupro, pero no podemos saber cuántas de esas son mujeres, porque la PGJ incumple la obligación que le da la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, de desagregar los datos por género.

Una cartografía en CDMX

La forma en que se violenta en la Ciudad de México lanza escenarios preocupantes, pues el uso de arma de fuego ha ido al alza en los asesinatos y agresiones contra mujeres y hombres.  En el 2015, por ejemplo, 54 por ciento de los homicidios registrados en la capital del país ocurrió con este tipo de arma; para 2017, la cifra aumentó a 68 por ciento, según datos de la PGJ. En el caso de las lesiones dolosas, las provocadas por armas de fuego pasaron de 20 a 26 por ciento en esos mismos años.

El Centro de Atención a Víctimas de Delitos de la Procuraduría capitalina no tiene información desglosada por tipo de violencia, pero registró 10 mil 143 dictámenes psicológicos victimales entre 2015 y 2017. Estos datos corroboran la cifra de la Encuesta de Victimización y Percepción de Inseguridad del INEGI: en la Ciudad de México se denuncian solo uno de cada diez delitos.

En las mismas fechas, el Centro de Terapia de apoyo a víctimas de delitos sexuales, también de la Procuraduría, registró: 3 mil 256 documentos periciales de mujeres víctimas de violencia sexual. Un dato importante es que apenas una tercera parte (mil 82 casos), llegó a tener un informe psicojurídico, que es una prueba clave por el procedimiento de las denuncias.

La violencia sexual es la más difícil de medir porque existen datos de cuántas mujeres denuncian, pero no de cuántas mujeres atiende el sistema de salud o los centros de atención integral a las víctimas de violencia.

En el desagregado por años, la violación sexual permea todos los territorios y las temporalidades.

Para controlar un territorio, hay que marcarlo y para hacerlo se usan cuerpos de mujeres: lanzados al borde de una avenida o mutilados dentro de una maleta en el metro o tirados junto a una casa.

En esta nueva cartografía de la violencia en la Ciudad de México, donde las formas de agresión se recrudecen, encontramos que no hay territorio que sea seguro para nosotras. Todas las delegaciones, desde las consideradas más precarias e inseguras hasta las más privilegiadas, son un espacio de riesgo.

Si hacemos un el cruce de la violencia contra las mujeres y el nivel de inseguridad de cada delegación, encontramos que las que tuvieron menos homicidios dolosos en el periodo 2015-2017, concentran el 6 por ciento de las violaciones sexuales, Cuajimalpa, Magdalena Contreras y Milpa Alta. En tanto, Iztapalapa, Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero, que tuvieron el mayor número de homicidios dolosos entre 2015 y 2017, concentraron el 41 por ciento.