Testigos de la Guerra

Hubo días de horror

Guatemala

Durante la guerra civil de Guatemala una base militar del norte del país se convirtió en un centro de tortura y cementerio clandestino que resume 36 años de represión contra miembros de comunidades indígenas, estudiantes y activistas. En medio de la barbarie las víctimas se fueron encontrando y trabajaron juntas. Tres décadas después, sus esfuerzos, que empezaron como una medida de sobrevivencia, se han convertido en la base para construir los casos legales contra los criminales responsables del dolor.

[Voz institucional]: El 16 de enero de 1992 El Salvador firmó un acuerdo de paz que terminó con 12 años de guerra.

(FULL ARCHIVO DISCURSO DE ALFREDO CRISTIANI, EX PRESIDENTE SALVADOREÑO SOBRE EL ACUERDO DE PAZ)

[Voz institucional]: Y el 29 de diciembre de 1996 fue el turno para Guatemala.

(FULL ARCHIVO: DISCURSO DE ÁLVARO ARZÚ, EX PRESIDENTE DE GUATEMALA)

[Voz institucional]: Dos décadas después las heridas de la guerra siguen abiertas. Ximena Natera de Pie de Página de México y Lorena Vega de Radio Nacional de Colombia presentan Testigos de la guerra, voces contra la impunidad, historias de lucha por la memoria y la justicia en El Salvador y Guatemala.

[Blanca Rosa Quiroa]: Eso era todos los días, después de que la represión arrasó a la gente en el interior de la república se traslada a la capital. En el 84, eran secuestrados diariamente, 6, 8 hasta 10 familias completas.

[Ximena]: La mujer que habla es Blanca Rosa Quiroa, es pequeña, su cabello es rizado y completamente blanco. Nos reunimos con ella en la ciudad de Guatemala.

[Blanca]: Aparecían 5, 3, 2, 1, muertos diarios, en las calles, entre los barrancos, en las carreteras.

[Lorena Vega]: Blanca describe cómo era vivir en la Guatemala de los 80s, en los peores años de la guerra civil durante la dictadura del general Efraín Ríos Montt. El conflicto, que llevaba dos décadas afectando las zonas rurales del norte del país había llegado a la capital y se materializó en la desaparición de miles de ciudadanos, entre ellos seis familiares de Blanca.

[Blanca]: Una familia completa: mamá, papá y tres hijos y una cuñada de mi esposo.

[Ximena]: Uno de los desaparecidos es su hijo, Óscar Hernández, a quien vio por última vez el 23 de febrero de 1984, cuando tenía 22 años.

[Blanca]: Él era bombero voluntario, trabajaba como electromecánico en el taller de los bomberos y en la noche tenía un turno como voluntario.

[Ximena]: Esa noche Óscar iba camino a la estación de bomberos. Cuando estaba a punto de llegar…

[Blanca]: Fue baleado y posteriormente se lo llevan. Inmediatamente nos avisan a nosotros

[Lorena]: Blanca supo por testigos que su hijo estaba vivo cuando presuntos miembros de las fuerzas armadas se lo llevaron.

[Blanca]: Yo a la media hora del secuestro de él ya estaba enterada y desde ese momento empezamos a ir a los hospitales, como dijeron que lo habían baleado pensamos que lo habían llevado a algún hospital y empezamos el recorrido a los hospitales.

[Lorena]: Pero Óscar no apareció en ningún hospital ni tampoco en la morgue.

La búsqueda de Blanca la llevó hasta la División de Investigación Criminal de la Policía, a donde llegó a interponer la denuncia en compañía de su nieto de un año y medio y su nuera.

[Blanca]: Llegamos y el policía particular que estaba en la puerta nos preguntó a qué íbamos y le dijimos que a poner la denuncia. ¿Traen fotos? Sí, le dije y saqué la foto de mi hijo y me dijo de forma sarcástica de dijo ¡ah es el bomberito! y yo me le quedé viendo.

[Ximena]: En esos primeros meses de recorrer hospitales, morgues, estaciones de Policía y hasta cárceles, Blanca descubrió, que como ella, centenares de madres y esposas estaban buscando a los suyos.

[Blanca]: Al principio sólo nos mirábamos y ni nos saludábamos por el temor que había, pero conforme pasaron los meses ya que nos veíamos estas mismas personas, que coincidimos muchas veces a la misma hora empezamos a platicar.

[Lorena]: Así nació el Grupo de Ayuda Mutua, GAM, la primera organización de familiares de desaparecidos durante la guerra. Realizaban protestas frente a la Casa Presidencial, convocaban a ruedas de prensa y publicaban anuncios en los medios de comunicación, llamando la atención de las autoridades.

Todo eso durante los años más violentos de la guerra civil de Guatemala que se extendió desde 1960 hasta 1996, tiempo en el que 45 mil guatemaltecos fueron desaparecidos.

[Blanca]: Siempre se veían policías de particular. Muchas veces nos fueron a rociar de gases, muchas veces ellos mismos daban respuesta a los comunicados de prensa donde decían que nosotros éramos el brazo político de la guerrilla.

[Ximena]: Blanca y los integrantes del GAM fueron los primeros en romper el silencio y enfrentarse al régimen militar. Contrario a lo que sucedió en El Salvador, donde más de mil periodistas llegaron a cubrir la guerra, en Guatemala, el estado restringió la entrada de medios internacionales y la dimensión de la guerra permaneció oculta.

En 1992 el GAM se transformó en FAMDEGUA, la Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos de Guatemala, que hoy Blanca lidera al lado de su compañera de lucha Aura Elena Farfán.

[Lorena]: Para las familias el trabajo de buscar en expedientes no fue suficiente. A principio de los 90 iniciaron Un año antes habían iniciado la tarea que ninguna entidad estatal había querido asumir: la de localizar fosas clandestinas y recuperar los cuerpos anónimos de las zonas rurales.

[Blanca]: Cuando la gente vio, fue perdiendo el miedo y ellos iban a enseñarnos dónde estaban: fíjese doña Blanca, fíjese doña Aura Helena y así, que nosotros sabemos dónde están nuestros familiares y queremos sacarlos. Nosotros empezamos primero a ir a ver el lugar, segundo, hacer memorial para presentarlo ante el juzgado y de ahí buscar a los testigos que tuvieran más información y acompañarlos para que fueran a dejar su testimonio al ministerio público o al juzgado. Ya de ahí se hacía con los antropólogos, ya íbamos con ellos al sitio, si era un terreno ajeno se solicitaba el permiso al dueño y llevar el papel para que lo firmara y presentarlo ya sí fue como empezamos a hacer las exhumaciones.

[Ximena]: Su primer gran descubrimiento fue en un predio de Antigua Guatemala, a una hora de la capital.

[Blanca]: Pero resultó que era de los antepasados, por la forma en que estaban enterradas las personas (…) de la colonia, ya tenían como 500 años o antes.

[Lorena]: Con cada nuevo hallazgo Famdegua recibía más denuncias.

Uno de los casos más conocidos fue la recuperación de los restos de 201 personas que habían sido masacradas en la aldea dos Erres, en el Petén, al norte del país en diciembre del 82.

(AUDIO NOTICIAS SOBRE MASACRE DOS ERRES)

[Lorena]: Desencadenó el primer juicio de alto perfil por crímenes de la guerra donde, después de una década de batalla judicial, 7 militares fueron sentenciados 6 mil 30 años de cárcel. 30 años por cada una de sus víctimas.

(AUDIO FIRMA DE LA PAZ, HABLA ÁLVARO ARZÚ)

[Ximena]: La Guerra civil de Guatemala terminó el 29 de diciembre de 1996 después de una década acercamientos entre el ejército de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, un grupo de contrainsurgencia surgido de facciones disidentes dentro del ejército. La guerra se había extendido por más de 36 años y había sido muy desigual. En uno de los puntos más críticos el ejército con 300 mil soldados enfrentó a seis mil guerrilleros.

[Lorena]: Guatemala fue la última civil de Centroamérica y la presión internacional influyó en el término del conflicto. Una de las voces que más peso tuvo fue la de Rigoberta Menchú, quien en 1992 recibió el Premio Nobel de Paz.

(AUDIO RIGOBERTA MENCHÚ RECIBE PREMIO NOBEL)

[Ximena]: El trabajo de Famdegua no terminó con la firma de la paz.

En 2002 Famdegua recibió una denuncia que los hizo poner su mirada sobre la antigua Zona Militar 21 en Cobán, Alta Verapaz que hoy se conoce como Creompaz y alberga una base de entrenamiento de operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU.

[Lorena]: Lo que la organización descubrió ahí es uno de los más grandes casos de desaparición forzada que dejó la guerra y es la razón por la que estamos en Guatemala.

[Blanca]: Sabíamos de toda la gente en Cobán porque hemos hecho muchas exhumaciones ahí y se sabía de la gravedad que fue ahí, en las aldeas, de toda la gente que habían desaparecido, lo llevaron a la base y de ahí no salió.

(MÚSICA)

[Ximena]: Es temprano por la mañana. Estamos en San Lucas Chiacal, un pequeño caserío rural dentro de San Cristóbal, municipio de Alta Verapaz. Sus habitantes son indígenas Poq’omchi, una de las 23 etnias mayas del país, que durante la guerra sufrieron una brutal represión a manos del ejército.

(LOURDES CAL HABLA)

[Lorena]: La mujer que habla es Lourdes Cal, es originaria de Cobán y es parte de la asociación Verdad y Vida que brinda atención y acompañamiento psicosocial a víctimas del conflicto armado. El trabajo de Lulú consiste en recorrer las comunidades más afectadas por la intervención del ejército y recolectar los testimonios de aquellos que sobrevivieron. Hoy, Lulú se convierte en nuestra intérprete.

[Ximena]: En el jardín de la casa de Felisa Moranmó hay una docena de personas reunidas. Lulú explica que somos periodistas y que queremos entender cómo se vivió el conflicto en su comunidad. Pero las personas, en su mayoría mujeres de entre 40 y 60 años, son reticentes a hablar con nosotras.

(LOURDES CAL HABLA EN POQOMCHÍ, UN IDIOMA MAYA)

[Lorena]: Al final aceptan. Entramos a la casa de Felisa y nos sentamos al centro de un dormitorio grande, alrededor de una mesita de madera.

[Lorena]: Muy buenos días, me podría decir su nombre.

[Lorena]: La primera en pasar es Felisa.. Tiene 58 años y en 1981 tenía 21.

(Felisa habla en poqomchí y Lourdes traduce]: Lo primero que pasó fue que vinieron a secuestrar a mi esposo en 1981 y así fue como inició por acá acá el problema.

[Ximena]: La desaparición de Samuel, el esposo de Felisa fue el inicio de una década de políticas de tierra arrasada implementadas por el estado guatemalteco para terminar con la guerrilla. Una ofensiva que llamaron fusiles y frijoles.

(Felisa habla en poqomchí y Lourdes traduce]: Nos decían que eran los guerrilleros y nosotros, ante Dios, no éramos guerrilleros, no tenemos armas, lo único que andábamos en las manos eran nuestros hijos tratando de protegerlos.

[Lorena]: Poco después los vecinos de comunidades cercanas empezaron a tocar sus puertas, huían del ejército.

(Felisa habla en poqomchí y Lourdes traduce]: Se vinieron para acá diciendo que los soldados estaban quemando las casas y entonces no tuvimos opción más que empezar a huir y correr para las montañas.

(FELISA HABLA EN POQOMCHÍ)

[Lorena]: Vivieron 14 meses en las montaña.

(Felisa habla en poqomchí y Lourdes traduce]: A veces la gente estaba agrupada escondiéndose y a veces se encontraban grupos de hasta 25 personas hombres mujeres y niños eran asesinados cuando lograban alcanzarlos los soldados.

[Ximena]: En los montes los soldados los perseguían, a veces llevaban perros y cada noche tenían que cambiar de escondite. Los hombres intentaban sembrar maíz en el monte pero los soldados destruían las cosechas.

(Felisa habla en poqomchí y Lourdes traduce]: llegó el momento donde ya no pudimos encontrar nada. Nuestros niños empezaron a morirse de hambre.

[Lorena]: ¿Perdió hijos en la montaña?

(Felisa habla en poqomchí y Lourdes traduce]: Dice que ella cuando se fue a la montaña tenía 7 meses de embarazo. Dió a luz en la montaña, por eso ella recuerda bien que fueron 14 meses, por el período que tuvo a su bebé. A ella ya no le bajaba la leche para darle a su bebé y también ya era tiempo para que él empezara a comer algo pero no tenía nada que darle y se murió.

[Isabella Calgue]: Mi nombre es Isabela Calgue

[Lorena]: Isabela también estuvo en la montaña. Ella había huido de la comunidad con su esposo después de que un grupo de soldados quemara su casa como castigo por tener más granos de maíz y animales que los vecinos. Algo que para los militares era una clara señal de que apoyaba a la guerrilla.

(Isabella habla en poqomchí y Lourdes traduce]: Yo tuve la ventaja que tenía un año de haberme unido con mi esposo, todavía no tenía bebé. Yo iba corriendo, corriendo, corriendo, en la montaña no tenía el pendiente de estar cargando a alguien, así fue que logramos subir más lejos nosotros. Cuando ya no podían y vieron que nos alejamos más a la montaña entonces bombardearon con helicópteros la montaña. Con bombas los seguían a la montaña.

[Ximena]: Allí vivieron dos años. En la huida murieron diez familiares, entre ellos su mamá, que fue asesinada a machetazos cuando fue alcanzada por los militares.

(Isabella habla en poqomchí y Lourdes traduce]: Era lo que hacían cuando los encontraban. Los niños se quedaban atrás. Parejo: niños, adultos, los macheteaban.

[Lorena]: ¿Y porqué salen de la montaña?

(Isabella habla en poqomchí y Lourdes traduce]: La gente en la montaña se estaba muriendo. Nos estábamos acabando y después oíamos que alguien llevaba una noticia y decía que la gente ya se estaba entregando al ejército y era la única opción para librarnos

[Ximena]: Poco después de la muerte de su hijo Felisa también se entregó a los soldados.

(Felisa habla en poqomchí y Lourdes traduce]: La única intención que tenía de estar en la montaña era para proteger a mis hijos pero como ya se me había muerto uno ya no sentía la obligación de seguir huyendo.

[Ximena]: Junto su familia fue llevada como prisionera a un campamento dentro de la zona militar 21 de Cobán. Tres meses después los reubicaron en otra instalación. Ahí, vivió 6 meses, bajo el control absoluto del ejército.

(Felisa habla en poqomchí y Lourdes traduce]: Eran vigilados cuando se iban a bañar, para ir al baño, no lo dejaban ningún momento solos.

[Lorena]: Una tarde, los soldados fueron por su hermano y se lo llevaron. No volvió a saber de él pero Felisa sospecha que llevaron de nuevo a la zona militar 21 y que ahí lo asesinaron.

[Ximena]: Felisa y su familia pasaron los siguientes años en media docena de campamentos. Los llamaban aldeas Modelo y eran campos de concentración dirigidos por militares. Era una forma de como cambiar la mentalidad de la gente que supuestamente era guerrillera y tenían que empezar a formarse con una ideología para los militares.

[Lorena]: Ahí hacían trabajo forzado: construirían casas y drenajes. Apenas recibían comida y después de meses los obligaban a desocupar los campamentos, trasladarse a uno nuevo y comenzar de cero.

[Ximena]: Isabela Calgue también estuvo internada en aldeas modelo, su buena salud llamaba la atención de los guardias.

(Isabella habla en poqomchí y Lourdes traduce]: Y entonces me decían que seguramente yo era parte de la guerrilla me veían como una amenaza.

[Lorena]: Los militares la sometían a constantes interrogatorios, la forzaban hacer ejercicios para debilitarla y la obligaban a vigilar pequeños grupos de mujeres y acusar a quienes pensaran diferente. En las aldeas, las desapariciones eran rutinarias. Así lo recuerda Felisa.

(Felisa habla en poqomchí y Lourdes traduce]: Ahí venían todavía a sacar a los hombres de ahí. Una cosa muy selectiva. Y se llevaban a los hombres y ya no regresaban.

[Ximena]: Abelino Cal vivió una historia algo diferente, durante las primeras incursiones del ejército a su comunidad, los militares se llevaron a su padre. La familia se presentó un par de veces ante los comandantes para intentar recuperarlo pero poco después su hermana menor también fue detenida.

(AVELINO CAL HABLA EN POCOMCHÍ)

[Lorena]: Avelino entonces huyó a la montaña y ahí se quedó cuatro años y luego pudo llegar a un campo de refugiados de la iglesia católica. Nunca se entregó al ejército.

[Ximena]: Con los años, el control militar fue menguando. En 1987 Avelino regresó a su comunidad, pero la aldea había desaparecido.

[Lorena]: Felisa no recuerda exactamente cuando pudieron volver a casa.

(Felisa habla en poqomchí y Lourdes traduce]: Muchas de las cosas que pasamos es difícil recordar fechas porque estábamos desconectados todo el tiempo, lo único que queríamos era protegernos.

[Ximena]: Para cuando Avelino y felisa pudieron regresar a sus comunidades, en los años 90, la guerra entraba en su recta final.

(MÚSICA)

[Lorena]: Aunque se supo hasta después de la firma de la paz, entre 1979 y 1984, se cometieron al menos 600 masacres contra las comunidades indígenas. Durante todo el conflicto 200 mil personas murieron, 45 mil fueron desaparecidas y hubo 100 mil desplazados.

[Ximena]: Después de la firma de los acuerdos en 1996 las organizaciones de víctimas enfocaron sus esfuerzos en la búsqueda de los desaparecidos y la posibilidad de llevar ante la justicia a los criminales.

[Blanca Quiroa]: En el 2002 se puso la primera denuncia

[Lorena]: Aunque lo rumores de los crímenes de la zona militar 21 de Cobán circulaban desde los 90s, fue hasta ese año que a las puertas de Famdegua se presentó un testigo dispuesto a hablar públicamente.

[Blanca]: Él nos buscó para contarnos que esto y esto había pasado, que él había estado ahí, porque lo habían agarrado y había estado ahí haciendo servicio militar.

[Ximena]: El testigo compareció ante un fiscal local de Cobán acompañado por la asociación. Contó durante los 80s, la zona militar, ahora creompaz había sido un centro de tortura y que había visto a los soldados llevar civiles y que estos nunca salieron.

[Blanca]: Pero nunca le dieron trámite. Se perdió el expediente.

[Lorena]: Volvieron a presentar la denuncia y solo hasta el 2011, es decir, 9 años después, el caso fue a parar a las manos del fiscal local Allan Stowlinsky, quien se mostró interesado.

[Blanca]: Había que entrar con un allanamiento, con orden de juez competente y el me dijo mire doña Blanca, para la próxima semana, dígale a doña Aura Helena, era la presidente en ese momento que se venga, que vamos a entrarle.

[Lorena]: El fiscal no alcanzó a solicitar la orden de allanamiento. Pero casualidad que al otro día lo matan a él.

[Lorena y Ximena]: ¿Al fiscal?

[Blanca]: Ajá.

[Fragmento de noticiero]: Mutilado apareció el fiscal Allan de 36 años, horas antes lo habían secuestrado cuando se dirigía a recoger a su hijo en el norte de Guatemala.

[Ximena]: El crimen, atribuido una célula del cártel de Los Zetas, mantuvo congelado el proceso hasta que en febrero de 2012 el caso pasó a la capital por orden de la Fiscal General Claudia Paz y Paz, reconocida por haber impulsado las investigaciones por crímenes de la guerra.

[Blanca]: Nos dio apertura a muchas de las organizaciones a entrar a los destacamentos y a la base dijo sí. Ella fue la que dio la orden para que se hiciera el allanamiento ante el juez competente.

[Lorena]: Con la orden en sus manos, el 2 de febrero Blanca y recorrieron los 212 km entre la Capital y Cobán. Pero en la entrada…

[Blanca]: No pudimos entrar, nos pararon en la puerta porque nosotros llevamos el memorial como base militar número 12, y como ahora se llama Creompaz, entonces por eso nos regresaron.

[Ximena]: De vuelta en la capital hicieron de nuevo todo el papeleo. Regresaron el 27 de febrero acompañados del testigo que 10 años atrás había puesto la denuncia.

[Blanca]: Entramos e iba el señor con nosotros (testigo que prestó servicio) nos llevó al primer lugar y dijo –dónde yo me pare ustedes van a ver-, él iba a disfrazado como miembro del MP.

[Lorena]: ¿Tenía miedo?

[Blanca]: Pienso que sí, igual nosotros teníamos temor porque sabíamos que el Ejército estaba ahí, dijo: donde yo me paré ahí ustedes van a ver. Total, que en él se paró en varios lugares y llevábamos los antropólogos y excavadores y de una vez empezó y en el primer lugar empezaron a salir un cráneo, una pierna y así.

[Lorena]: En creompaz encontraron un cementerio inmenso. Ese día trabajaron desde las 10 de la mañana hasta las cinco de la tarde.

[Blanca]: Había que salir porque no había luz y no se podía trabajar, porque como era el lado dentro y como donde están las bases y los destacamentos son lugares grandísimos.

[Ximena]: La base militar 21, hoy Creompaz, que en los 80 y 90 dirigió las operaciones de inteligencia contrainsurgente es un complejo extenso localizado en la periferia de la ciudad.

[Blanca]: Están las instalaciones donde está las oficinas del Ejército, más para adentro están los dormitorios de la tropa, sanitarios, campos de fútbol y todo. Hay que caminar como un kilómetro tal vez para donde fue la primera excavación.

[Lorena]: El proceso de búsqueda fue dirigido por el la fundación de Antropología Forense de Guatemala. Por dos años, los arqueólogos trabajaron dos turnos, siete días a las semana en la recuperación de osamentas. Hallaron de 84 fosas que guardaban los restos de 565 personas, hombres, mujeres y niños.

[Blanca]: La mayoría era gente indígena de alrededor del pueblo, tanto de aquí de San Cristóbal como de Santa Cruz, de las Pacayas, de ahí de Cobán, de varias aldeas, la mayoría eran hombres, sólo de un lugar que se llama Pambache, en una noche en un camión el Ejército fue a sacar a 92 hombres.

[Lorena]: La mayoría de los cuerpos estaban atados de pies y manos, amordazados, tenían los ojos vendados y mostraban signos de tortura.

[Blanca]: Muchos estaban ahorcados, tenía alambres de púas en el cuello enrollado y con un pedazo de hierro le hicieron torniquete. Mucha de la gente fueron ahorcados, no fueron matados con arma de fuego.

[Ximena]: A través del análisis de la ropa y los testimonios de sobrevivientes y familiares, el equipo de antropólogos pudo establecer que los cuerpos correspondían a víctimas del conflicto armado. Determinaron que habían muerto entre 1981 y 1988, que muchos cuerpos correspondían a incursiones militares a comunidades indígenas como la masacre de Río Negro entre otras, además de activistas y estudiantes que habían desaparecido en las ciudades.

[Lorena]: De los 565 restos, 150 han sido identificados mediante pruebas de ADN.

[Blanca]: Había muchos palos grandes y creo que crecieron tanto con el abono de toda la gente que enterraron ahí.

(MÚSICA)

[Ximena]: Felisa Moranmó siempre sospechó que su esposo podía estar en Creompaz pero pasaron 35 años antes obtener alguna noticia. En 2016 sus restos fueron recuperados de las fosas clandestinas.

(Felisa habla en poqomchí y Lourdes traduce]: Llevaron las osamentas a la capital y lograron con el ADN identificar que mi esposo había sido uno de los que encontraron ahí. Nos pidieron nuestra muestra de saliva para que pudieran identificar y apareció.

[Lorena]: Doña Felisa, ¿qué significó para usted encontrar a su marido?

(Felisa habla en poqomchí y Lourdes traduce]: Fue una manera después para tranquilizarme que al final ya sabía dónde estaba y que yo ya puedo estar muy segura que los responsable de la muerte de él fueron los militares.

[Ximena]: Dentro de las fosas también estaba el padre de Avelino.

(Felisa habla en poqomchí y Lourdes traduce]: No había manera de pensar que lo habían llevado a otro lado. las instalaciones ya nos identifican como la zona militar número 21 y supuestamente la visión y las funciones fueran diferentes pero de lo que yo estoy seguro es que esto sigue siendo lo mismo.

[Lorena]: ¿Usted cree que siguen persiguiendo a los grupos indígenas?

(Avelino Cal habla en poqomchí y Lourdes traduce]: Tal vez no está la guerra abiertamente como en ese tiempo, pero yo entiendo que el sistema sigue destruyendo a los pueblos. El Gobierno nunca se ha hecho responsable de resarcir este daño y es una manera de acabar con los pueblos que fueron afectados durante la Guerra. Es indiferente, incluso está buscando la manera de que ésto quede en la impunidad.

(MÚSICA)

[Ximena]: Las oficinas de la Asociación de Familiares, detenidos y desaparecidos de Guatemala, Famdegua, están en una casa de un solo piso en el centro de la Capital. La entrada está custodiada con cámaras de seguridad y por un guardia que recibe a los visitantes en la puerta.

En la sala de juntas, un cuarto amplio con ventanales grandes, decenas de fotografías cuelgan de las paredes altas. Son retratos en blanco y negro: hombres y mujeres, todos jóvenes. No cabe una más y en el piso se amontonan muchas otras.

[Lorena]: En una esquina, está la foto de Oscar: viste su uniforme de bombero, mira directo a la cámara y no sonríe. Blanca dice que la mayoría de las fotos las sacaron de identificaciones oficiales. En 34 años de búsqueda Blanca ha ayudado a muchas familias a recuperar a los suyos, pero de Oscar no ha tenido noticias. Nos cuenta lo que significó para ella descubrir las fosas de Creompaz, lo que se considera el caso de desaparición forzada más grande de América Latina.

[Blanca]: Son un montón de sentimientos encontrados porque yo decía al principio, yo sé que mi hijo no está aquí, pero ahora hay una ilusión, sentimiento de que, y yo espero porque todavía faltan muchos ahí, yo espero que posiblemente esté mi hijo, por lo menos ahí.

[Ximena]: Aunque Blanca encontró soporte en otras víctimas, la búsqueda impactó las relaciones dero de su familia. Su hijo más pequeño tenía 7 años en ese entonces y resintió que su madre estuviera tanto tiempo fuera.

[Blanca]: Padeció mucho, la desaparición de su hermano le afectó mucho. El decía, cuando entró a la adolescencia, me decía que yo me había olvidado de él, que yo sólo en la calle me mantenía y que cuando él me necesitó y que yo sólo un hijo había tenido. Es un sentimiento duro, rechazo tan grande y ahora ya cambió, pero pienso que, por lo mismo, tiene 10 años, está soltero, se mantiene en la casa. Él me ayuda, a veces viene aquí cuando no hay quien nos maneje, él viene y se va conmigo a las exhumaciones y a todo.

[Lorena]: La continua búsqueda por su hijo y por los de miles más ha definido su vida por más de tres décadas. La desaparición, dice, es un crimen que no solo termina con la vida de una personas, destruye cualquier posibilidad de futuro.

[Blanca]: Yo digo muchas veces que el crimen más aberrante que pueda haber sobre la tierra es la desaparición forzada de una persona porque es un ciclo de vida que no terminó y un duelo que nunca se cierra, porque si no los encontramos, no enterramos sus huesos nunca vamos a cerrar ese duelo y el ciclo de vida, porque ellos estaban sanos, no estaban enfermos, no fue un accidente, su ciclo nunca terminó.

(MÚSICA)

[Voz institucional]: En el próximo capítulo:

[Perito FAFG]: Aquí tenemos dos heridas de arma de fuego y luego vamos a tener este tipo de lesión.

Recuperar a los seres queridos, uno por uno:

El caso Creompaz se pelea en los tribunales de Guatemala. Mientras las cortes avanzan con paso lento, la sociedad civil y los familiares de víctimas llevan una carrera a contrarreloj para, encontrar, identificar y regresar a los desaparecidos a casa.